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Japón Prefiere Vehículos Híbridos Frente al Auge Global del Coche Eléctrico

15 enero 2024

Mientras que la tendencia global se inclina hacia el coche eléctrico, Japón continúa destacando en su preferencia por los vehículos híbridos. A pesar de las proyecciones de Bloomberg que indican que solo el 10% de los coches comprados en 2030 en el mundo serán eléctricos, Japón se orienta notablemente hacia los híbridos.

Este 2023 se espera que las ventas de vehículos híbridos en Japón superen por primera vez a las de los coches de gasolina. Este cambio se produce 26 años después del lanzamiento del primer Toyota Prius en el país, marcando un hito significativo en la historia automotriz de Japón. Las cifras de Bloomberg para 2022 muestran una venta de 51,1% para los coches de gasolina y 42,6% para los híbridos, con una previsión de que esta última cifra aumente al 48,8% al finalizar el año.

La tendencia sugiere que para 2030, los vehículos híbridos representarán el 67,1% de las ventas de coches en Japón, mientras que los de gasolina disminuirán a menos del 20%. Este panorama contrasta con las proyecciones para Europa, donde se espera que el coche eléctrico alcance más del 30% del mercado en 2030, y en algunos informes se sugiere que incluso podría superar el 50% en Europa y el 40% en Estados Unidos.

Japón se mantiene en una posición única, con una predicción de apenas el 10% de coches eléctricos para 2030. Fabricantes como Toyota, Honda, Nissan y Mazda continúan avanzando cautelosamente en el ámbito del coche eléctrico. Japón se caracteriza por preferir modelos compactos pero prácticos, un segmento que el coche eléctrico aún no ha conquistado completamente.

En conclusión, mientras el mundo se inclina cada vez más hacia el coche eléctrico, Japón mantiene su apuesta firme por los vehículos híbridos, mostrando una estrategia diferenciada en el panorama automotriz global.

Los expertos atribuyen la reticencia japonesa hacia el coche eléctrico a una red de recarga insuficiente y a un patriotismo automotriz que favorece los vehículos nacionales, cuya oferta eléctrica es limitada. Además, Japón no enfrenta los mismos problemas de contaminación que Europa debido a su temprana regulación de los vehículos diésel.

Aunque las estrategias de los fabricantes japoneses pueden parecer rezagadas frente a la adopción del coche eléctrico, la realidad podría favorecer sus apuestas híbridas, especialmente con las nuevas regulaciones medioambientales en Europa y Estados Unidos. Toyota, por ejemplo, confía en que sus futuras baterías aportarán un valor añadido significativo para el cliente.